No esperes al día en que pares de sufrir, porque cuando llegue sabrás que estás muerto.Tennessee Williams
La vida trastabilló a mi lado
y se mezclaron sus piezas,
un gran día logré armar…
que me invadió con sorpresas.
Y agradecí a mi Dios,
a mis ángeles vigías…
y les imploré -por siempre
me regalen de esos días-.
Mi alma se alborozó sin trabas,
se vistió de colorado,
más luego se avergonzó
y cambió por el rosado.
Todas las flores sonrieron
el viento me hamacó en sus brazos
y mis ojos – ¿cuánto hace?-
sólo derramaron gozos.
Días sagrados son todos…
me permiten transitarlos,
si son todos como éste
es una gloria lograrlos.
Texto agregado el 02-05-2016, y leído por 251
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
22-03-2017
Tus letras han alcanzado,una calidad sorprendente*****
Te felicito.
Un beso
Victoria 6236013