Los cristales escritos versaban
titilaban descoloridos fragmentos
de un amanecer silencioso.
Leves reflejos de tus ojos mirando los de él
el tiempo se evaporaba
en un deseo inconcluso
y desenfreno voraz, de versos.
Que anudados volaban unidos por la superficie
Ya en su carrera los fue perdiendo…
Mientras el cielo se cubría
de versos, soneto, poemas, prosas deshojadas
cubriendo de perfume ese amanecer.
Alessandrini María del Rosario
Texto agregado el 01-05-2016, y leído por 262
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