Jorge “el Rengo” Peñaloza, es fanático del Docke, no se pierde un partido juegue donde juegue, y aunque él lo niega, es el jefe de la barra brava del Sportivo Dock Sud.
Vive en Cabo Verde y Alem, a cuadra y media, dos cuadras de la cancha del Docke, y suele parar por las Torres, más precisamente en el bar del Moncho, donde todos los días le guardan la mesa del fondo, la más alejada de la puerta de madera pintada de verde.
Allí suele llegar a las nueve y media de la mañana, a lo sumo diez en invierno, se pide un café doble, bien cargado, amargo, con tres medialunas de grasa y una copita de grapa y mientras, va desayunando por segunda vez como él dice. Después, espera.
¿Qué espera? Espera hacer negocios, porque todos saben que él siempre está allí, desde la mañana hasta que el Moncho cierra el bar a eso de las doce de la noche, él está todo el día de todos los días allí. Llueve o truene, salvo, claro está, cuando juega el Docke, si juega el Docke, el Rengo va a la cancha.
El Rengo es rápido y resolutivo para los negocios, no se anda con vueltas y no pregunta. Uno le puede llevar un reloj, un celular, una computadora, una pilcha, la cubierta de un auto, lo que sea, y el Rengo lo mira, mete la mano en el bolsillo y paga. Nunca dice nada, solo mete la mano en el bolsillo y paga.
También se le pueden pedir favores y el Rengo los hace, no pregunta y los hace. Que el marido de mi hija, ese hijo de puta, la muele a palos todos los días y ya no se qué hacer. Tranquila doña, deme cinco lucas y ese hijo de puta, como Ud. dice, no le toca nunca más un pelo a su hija.
Que tengo que hacer un trabajito Rengo, y no puedo ir en bolas, necesito un fierro, algo pesado, como para asustar viste, que se yo una 9 o un 38 largo. Tranquilo pibe, dejame una luca y pasa por el kiosco del Ruso, anda de mi parte y decile que te de la morocha que tiene en el cajón con trece mojarritas. Eso si… me la devolves esta noche y no te mandes una cagada, me entendés? Ah!! Y las mojarritas las pagas aparte, las que usas me las pagas. Están caras las balas hoy día.
Así es el Rengo, un tipo simple y expeditivo. Siempre anda con guita en el bolsillo, mucha guita. Uno puede preguntarle si no tiene miedo de andar con tanta guita por el Docke y el siempre va a decir, miedo de que? Si los conozco a todos en el barrio, sesenta y cinco años llevo acá, vivo en la misma casa de mis viejos desde que nací, a más de uno lo tumbé de un sopapo y luego nos sentamos a tomar un vino y le explique que en el Docke hay reglas y que esas reglas se cumplen, y si no se cumplen por ahí puede aparecer revolcado en el suelo o alimentando a los sapos de la laguna Saladita. Que no joda y se amolde. No. No tengo miedo.
Ahora el Rengo está sentado en su mesa, ya se tomó su café doble, bien cargado y se comió dos de las tres medialunas de grasa, apenas le pega un sorbo a la copita de grapa y mira al coso que tiene sentado enfrente.
El coso no es del Docke, se nota a la legua, se huele que no es del Docke. El coso es bajito, medio pelado, usa unos lentes gruesos como culo de botella, una camisa Polo algo manchada con grasa en varios lados, grasa o mayonesa, vaya uno a saber. Está nervioso el coso, le temblequean las manos y trata de disimularlo tamborileando sobre la mesa.
Dijo que vino de parte de Martincho, el viejo que todavía se gana el puchero cruzando el Riachuelo con su viejo bote, remando lento sobre esa inmensa mancha de petróleo con olor a mierda que separa la Boca del Docke.
Pero Martincho se las rebusca, pocos viajes, que se yo, cuatro o cinco por día. En general todos turistas que encuentran atractivo cruzar desde Caminito al Docke en ese viejo bote que Martincho, toscano Avanti mordido sobre el costado izquierdo de su boca, se empeña en imaginar que es una góndola en Venecia.
Pero el coso está ahí, sentado frente al Rengo, le habla como confesándose, apenas con un hilo de voz, se pidió un café chico, en jarrito, una pendejada de maricones, piensa el Rengo, y lo dejó enfriar mientras hablaba.
No es mucho lo que le está pidiendo al Rengo, piensa el coso, según Martincho el también se ocupa de eso. Si, es necesario que sea rápido, no quiere que el tipo sufra, tiene que ser rápido, rápido pero seguro. El tipo se siente seguro, pero está regalado, el coso lo estuvo vigilando un buen tiempo, vive en Lanús Oeste, en el sobre está la dirección y la foto.
El coso, le pide al Rengo que abra el sobre y lo vea. No, para que va a verlo el Rengo, para después soñarlo. No, mejor dejar el sobre cerrado, y cerrado se lo va a entregar a los muchachos para que hagan el trabajo. No se preocupe mi amigo, va a ser rápido y limpio, como Ud. quiere. Tal vez se haga el lunes, porque los lunes, vio, la gente anda media embotada, siempre joden los lunes, que se yo, es como que cuesta comenzar la semana.
Si, no se preocupe mi amigo, el lunes el tema está resuelto. Ese tipo no cuenta más el cuento. Eso sí, el pago es por adelantado. No, no se preocupe, yo le garantizo que todo va a salir como Ud. quiere, palabra del Rengo, ¿o no le dijo Martincho que el Rengo siempre cumple?
El coso deja el sobre encima de la mesa, al lado del café chico, ya frío, servido en jarrito, una mariconada según el Rengo, mete la mano en el bolsillo de adentro de la campera Patagonia que tiene estampado un cóndor volando sobre la Cordillera, saca otro sobre, abultado, y lo coloca encima del anterior, del que tiene la foto y los datos del tipo al que se la tiene jurada.
El coso amaga pagar el café chico, servido en jarrito, que pendajada. Faltaba más, dice el Rengo, la casa invita. El coso se levanta y se va. Con esa campera y en el Docke de milagro no lo afanan, piensa el Rengo.
Martes, nueve y cuarenta y dos de la mañana, algo fresca la mañana. El Rengo entra al café del Moncho con el diario bajo el brazo, va hasta su mesa, se sienta, el Moncho trae un café doble, bien cargado, tres medialunas de grasa y una copita con grapa. El Rengo suelta un gracias y abre el diario.
“Misterio en Lanús Oeste” lee en la página policial, “en la Calle 25 de Mayo en el cruce con Lavalleja, fue encontrado el cuerpo sin vida de una persona, de sexo masculino, de aproximadamente cuarenta años. Fuentes policiales que dirigen la investigación aún no han podido identificarlo. Se presume que se trató de un asalto en la vía pública, ya que en el extinto no se ha encontrado documentación, ni objetos de valor o teléfono celular. Se calcula que la muerte, ocasionada disparo de arma de fuego sobre la sien derecha, debe haber ocurrido en horas de la tarde del día de ayer, lunes.”
“La víctima era de estatura baja, algo calvo, vestía una camisa Polo con algunas manchas de grasa. Tirado a su lado se encontraron unos lentes gruesos que se presume cayeron cuando fue atacado. A escasos metros de donde fue encontrado el cuerpo, se halló una campera con un estampado que representa un cóndor volando sobre la Cordillera. Fuentes policiales tratan de dar con testigos del hecho, por lo que han solicitado la colaboración de los vecinos del lugar”.
El Rengo termina su tercer medialuna de grasa, mueve apesadumbrado la cabeza, sorbe un trago de la grapa. Esta jodida la cosa, Moncho, limpiaron a un coso en Lanús, te das cuenta? Después dicen que el Docke el peligroso.
Notas necesarias:
• Docke: Nombre popular de una barriada del partido de Avellaneda, Dock Sud, zona porturaria y fabril, poblada por inmigrantes y marginales. Por extensión nombre popular del Club Sportivo Dock Sud.
• Barra Brava: Fanáticos seguidores de un determinado equipo de futbol, organizado cuasi delictualmente que responden a la autoridad de un jefe.
• Las Torres: Edificios Sociales de monoblock, de 18 pisos de altura, construidos en el Dock Sud alrededor de 1973 otorgados a ex habitantes de villas miserias. Se estima que es una zona de alto nivel de delincuencia.
• Lucas: Denominación popular equivalente a mil pesos, moneda de circulación nacional.
• Hacer un trabajito: Cometer un hecho delictual, en especial el robo a mano armada.
• Ir en bolas/ir desnudo: No llevar armas para cometer un ilícito.
• Fierro/La morocha: designación genérica de un arma de fuego en lenguaje delicuencial.
• Mojarritas: balas.
• Guita: plata, dinero.
• Coso/Tipo: forma denigrante o despreciativa de designar a una persona que no se quiere nombrar.
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