Había una vez un Alma que tenía dos animales para que lo guiara; uno se llamaba Espíritu y el otro Carne; el Espíritu se conformaba con: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza; mientras que a la Carne le encantaba: adulterio, fornicación, inmundicia, lasciva, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgias y cosas semejantes.
Ambos animales tenían buen olfato y buscaban lo suyo, pero el Alma tenía la misión de ser dirigido por el Espíritu sin dejar la Carne pero cohibiendola de lo que le encantaba. CONTINUARA |