CONCÉDASELE





Virreinato de la Nueva España, abril 29 de 1799// Excelentísimo señor virrey.

Pedro Sánchez Farfán, hijo legítimo de Juan Sánchez y de Francisca Farfán, natural de Real de Zacatecas, y por ahora residente de esta capital, de oficio maestro de enseñar niños en ella, a los pies de vuestra excelencia con toda consideración a su potestad, digo: Que conozco y acepto de buen modo la superioridad de vuestra excelencia e yo a su benevolencia me acojo para pedir de su buena persona resuelva el asunto de mi congoja: Nací por naturaleza de una forma tan extraordinaria, que siendo admirable la estatura de mi cuerpo, la tersura de mis manos y la belleza de mi cara y la perfección de mis dientes, dando gracias a Dios por ministrarme tales dones, reniego ahora de Él y de mi suerte por no haber previsto esta dificultad que me azota la vida y que su excelencia sabrá evitar y componer.

Ya que no tengo la fortuna de ser conocido por V.E. debo deciros que dado los dones físicos y de mente con los que he nacido justo y humano es que me sean reconocidos por el vulgo que me hace mofa sin sentido. Conocido como es de V.E. el fervoroso celo por promover la verdadera felicidad de su gente, le pido emita decreto para en delante haya aplausos, gritos y vitores a mi paso y al de mi esposa, Lina de León y de Mendoza con quien casé en segundas nupcias previniendo todas las condiciones de Nuestra Santa Madre Iglesia. Desde las amonestaciones hasta la muy solemne bendición de arras y anillos.

Hago saber a V.E. que por desgracia mi mujer nació en el segundo día o casa del signo llamado Umetochtli y nuestras tradiciones de gente pagana dicen de quienes nacen ese día será borracho, inclinado a beber vino, y en despertando á la mañana lo bebería, solo anciaría por embriagarse, y así cada día andaría borracho, y aun bebería en ayunas, y estos tales no pueden sosegar sin beber, y no les hace mal ni les da asco. Mi pobrecita Lina nació en tal signo que no se puede remediar y todos los conocidos y demás se mofan se ella diciendo que se ha de ahogar en vino y entre sus desverguenzas.

Por eso a V.E. pido un decreto para en tanto deambulemos mi mujer y yo por la ciudad y fuera de ella, se obligue a la gente aplaudir, gritar y vitorear a mi extraordinaria persona y á considerar a mi pobrecita Lina su borrachera sin mofa ni vituperio.

Por tanto, vuestra excelencia, ruego y pido me haga esta merced, que aguardo de su grandeza vuestra. Póngome a los pies de V.E. y quedo siempre su más afecto servidor. Pedro Sánchez Farfán.


*Al margen, del puño y letra del virrey: “Concédasele lo que pide pero cuélguesele a él un sambenito de LOCO PELIGROSO y a ella el de BORRACHA y líbrese el despacho oportuno”.