Al principio, pensé que era una broma. Yo que estaba olvidado por la rapidez de la evolución en el sector de los objetos inservibles. Es que en este mundo moderno ya nada es de ahora, todo es de mañana, y yo que soy de ayer, ya me había retirado a los cuarteles de invierno y dormía el sueño de los justos. Pero, al parecer a este parcito que tengo en frente eso se les ha olvidado. "¡Vean ustedes: estoy sobre un cajón, equilibrándome a duras penas! Este par de abuelos no tienen consideración conmigo. Ningún respeto a mis circuitos atrofiados por el tiempo, y sobre la mesa, hay una taza con té hirviendo a un centímetro de mi. Seguro que ellos no saben lo peligroso que sería si sólo una gota cayera sobre mi teclado. Hasta aquí no más llegaría yo.
Además, ¡el viejo fuma! ¿sabrá lo dañino que es el humo del cigarrillo...? Si es dañino para ellos con mayor razón lo es para mí ¿cómo no va a entender eso? ¡Y fuma un puro! ¡UN PURO! Eso sí que me matará rápidamente.
Mejor buscaré la forma de auto-hackearme... Me iré a negro. Así ellos me dejarán tranquilo y seguramente volverán a usar las epístolas, el teléfono o las señales de humo, y a mi, me devolverán donde estaba. Yo mejor me voy. Ellos son demasiado peligrosos...

- ¿Qué pasó, viejo? ¿Qué fue ese chisporroteo?
- "No sé, parece que esta cuestión se echó a perder"
- Te dije que este estaba malo y que compráramos uno nuevo, uno de última generación.
- A ver, vieja, deja pegarles unos golpecitos. A lo mejor se arregla... puk, pack,, crunch grac...

- ¿A dónde vas vieja?
- Voy al mall y deja esa porquería donde estaba.