Cuando decidas despertar, la realidad te estará esperando, te darás cuenta de que no hay
mayor verdad que lo que allí se halla.

Porque no hay más verdad que la que yace en una mirada; aquello que tanto calla la pupila.

Permanecer inerte a la mentira que ellos llaman "vida" es como contemplar al agua de un río correr, correr abrazando a la roca que más sobresale, la acaricia, sutil, pero...

¡siempre gélida!

De pronto todo se va perdiendo en aquella boca, boca que contiene miles de palabras, pero que, sin embargo; comienza a derramar tanto de entre los labios, vaciándose sin sentimiento alguno...

¡siempre neutral!

Es como vivir sin vida; sin color, sin aromas, sin texturas, ciegos y sin voz...

¡sin sensibilidad!

No admitir la realidad del mundo es como intentar mirar sin ojos, palpar sin manos, llorar sin lágrimas, y sentir...

¡llenos de apatía!

Intentar que el necio perezoso despierte es como querer que el evasivo temeroso se deje envolver fácilmente por sentimientos y emociones; sabe que le dañarán en algún momento.

Sin embargo; eres capaz de darte cuenta de cómo tu vida se llena de los tintes más vivos... Y eres capaz de darte cuenta de cómo la vida de ellos, insensatos, permanece y perece en
blanco y negro...


-Paola Canales Ll.