Robó un beso del otro lado del cielo,
en el frente sur de un viernes de nieve.
Allí desfloró la pasión de lo oculto.
Anduvo explorando el prodigio secreto
de aquellos ojos antes del despertar.
Bebió el aire en el inicio de sus labios
y besos en lo profundo de su alma.
Quiso ser un lánguido cuadro de otoño,
cántaro que acumulara sus lágrimas,
sospechoso del delito de enamorarla,
la calma que desatara sus tempestades
y poder acercarse apareciendo en la lluvia.
Pero lo derrotó la apatía de una guerra callada.
Abandonado, fue tiñendo todas las cosas
con el desabrido color que brinda el oprobio.
En el huerto de los vigorosos rechazos
se marchitó su orgullo en un rezagado acto.
que hundió su corazón en pesadumbres lejanas.
Texto agregado el 26-04-2016, y leído por 132
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