Cuento…

En una precaria habitación, iluminada con la tenue luz de una vela, una abuela les contaba un cuento a sus pequeñas nietas, Eveling y Ethelvina.
¬¬___Más allá del Sol, donde las distancias son tan enormes que sólo la mente es capaz de llegar, existe un lugar donde reina la felicidad, donde los seres que allí habitan sólo conocen la bondad y la maldad no existe para ellos.
Las flores no sólo son hermosas y destilan el perfume de los dioses sino que sus pétalos son de piedras preciosa, algunas y de dulces las otras, las rosas son de rubíes, las margaritas son zafiros y diamantes y su hojas de esmeraldas y por si no saben qué es eso les diré que las piedras preciosas, la legítimas no son conocidas por mucha gente porque son muy bellas pero a la vez muy caras y sólo algunas personas tienen el dinero suficiente para poseerlas.
Las flores de dulces están hechas de caramelos, chocolate y coco, de menta o mazapán y son deliciosas.
Los árboles mantienen sus frutos todo el año y los pájaros son libres y no existen las jaulas que los encierren.
La gente es amigable y no envejece, la juventud es eterna porque se mantiene con los buenos pensamientos.
Los niños no lloran, no tienen motivo para hacerlo y crecen siendo sabios en lugar de tontos.
___Abuelita, ¿Cómo es posible que exista un lugar así? Se necesita mucho dinero para ir, dijo Eveling, eso quiere decir que nosotras nunca iremos.
___No mi querida nieta, para ir a ese lugar, no es necesario el dinero…
___Pero abuela, ¿Cómo llegaríamos? ¿Cuánto tiempo tardaríamos en llegar?
___Sí dijo Ethevina, mi hermana tiene razón… aunque igual quisiera ir…
___Mis niñas queridas, a ese lugar tan lejano y bello, no es nada difícil de llegar…
___Cuéntanos abuela, queremos ir, dinos cómo llegamos allí…
___Les prometo que esta misma noche podrán viajar, pero debo advertirles que no todos pueden llegar, algunos jamás podrán hacerlo, pero otros, los privilegiados sí lo harán.
___Cuéntanos, ¿Qué debemos hacer?
___Cierren sus ojitos ahora, ¿Recuerdan el cuento? Entonces no tienen más que imaginarse todo tal cual les conté y estarán allí porque mis queridas nietas, la imaginación es uno de los mayores dones que Dios nos dio a los simples mortales y diciendo esto, la abuela besa a sus nietas y ve en sus rostros las sonrisas más bellas.
Entonces lo supo… ¡Ellas habían llegado!

Omenia 16/4/2016
Este cuento lo hice pensando en Vejete rockero-48 quién en uno de mis cuentos me propone escribir un cuento para niños, espero que sea de su agrado.