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Sacerdote
Fue en el año 13 conejo el inicio del derrumbamiento del mundo conocido.
Los sabios aseguraban que las potestades enfurecieron a causa del sacrificio de Viento Helado, el sacerdote más amado del pueblo y quien mejor interpretaba los designios de las entidades. Su delito fue moldear una visión mental en donde el imperio sucumbía por el embate traicionero de los monstruos de vientre repletos de larvas malignas que llegaban por mar.
Sucedió en la cima del Templo Mayor, en la roca de los sacrificios de bajorelieves saturados de sangre seca, fue un despropósito con tentativa de agradar a los dioses. Por el contrario, se incordiaron. Los súbditos también mostraron su desaprobación con alaridos frenéticos y dando la espalda al templo. Fueron órdenes del emperador y sin embargo, sólo un sacerdote se atrevió a realizar la infame labor de clavar el puñal de pedernal con un movimiento certero que provocara el menor dolor.
El sacerdote en una maniobra dramática arrancó el corazón del pecho de Viento Helado y lo levantó para ofrecerlo a las deidades. Todos callaron, las aves volaron despavoridas y el mismo sol palideció y dejó ver con mayor claridad la estrella errante y su cauda. Horrorizado casi aventó el corazón en la roca cóncava del oratorio y retrocedió unos pasos con las piernas temblorosas porque del corazón ya sin sangre seguía palpitante; en un momento sístole y se contraía la protección de los dioses; después diástole y se expandía el mal augurio para el imperio.
Con todo, Viento Helado no murió odiando al emperador ni maldito a su pueblo, de modo que las vejaciones que sufrieron los mexicas se debieron a los dioses quienes castigaron los desatinos del gobernante, además, en compensación dieron un último don a la estirpe de los sacerdotes a quienes les permitió su supervivencia por siglos y aunque el corazón de Viento Helado fue incinerado en la pira del oratorio, las cenizas conservaron una chizpa de vida que se dispersó con el viento, las pulsiones de ese hálito la "comprueban quienes al respirar el viento helado de invierno sienten de pronto la tristeza." |
Texto agregado el 21-04-2016, y leído por 244
visitantes. (7 votos)
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Lectores Opinan |
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28-04-2016 |
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Es de una significación profunda el texto Alfredo. Por coincidencia leo ahora mismo unas biografías de Nezahualcóyotl, Cuauhtémoc y Moctezuma. Cae como anillo al dedo tu texto. Cinco aullidos prehispánicos. PD: El imperio azteca avizoraba su terrible destino. yar |
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26-04-2016 |
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Has creado una leyenda hermosa. Hasta el nombre del personaje: Viento Helado es fascinante. El final es poético y de una sensibilidad extraordinaria. Felicito tu pluma e ingenio. Un abrazo, mi tan querido Umbrío.
SOFIAMA |
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21-04-2016 |
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Tu cuento me remitió a la apasionante historia azteca, sobre todo durante la conquista. Y tienes razón, el imperio cayó por culpa del pusilánime tlahtoani Moctezuma, quien lo entregó en bandeja de plata a los invasores, con el espíritu ya derruido por el peso de los augurios. Digno final de su cobardía, murió lapidado por su gente. Gatocteles |
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