Fue bueno despertar y saber
que no se sabe nada
que la rosa finalmente
apuñala por la espalda
que las personas matan más que el cigarro
y que marchamos siempre solos
por siempre a un costado
de las mascaras sin rostro

fue bueno descubrir
que la sal en la herida solo engaña
que la riqueza es solo una pobreza
con las alas adornadas
que no se lleva patria en la sangre
ni ocho números que nos identifiquen
ni banderas que abriguen
ante el frio de la inmensidad

fue bueno rodearse de seres
que solo dan la espalda
entender que la soledad nunca fue mala
y que en las sombras de la mentira
solo los ciegos reconocen la verdad
y desligarse de la muerte
insensible a las ajenas desgracias
frío como un tempano
y presente como el sol

Fue bueno abrir los ojos
y no esperarse nada
ni cantarse las mentiras
ni dibujarse una sonrisa
a crayolas partidas
e ir desnudo como el tiempo
sin derrochar culpas ni lamentos
y saberse condenado
entre el mar de la miseria
y el derrumbe de la ilusión

Porque ilusionarse ante algo
o ilusionarse ante todo
no es más que perder de lleno el tiempo
aunque el tiempo exista para perderse
y en la vida no haya nada que ganar
fue bueno al fin despegarse de la cama
abrir la ventana, dejar volar todo,
y ya no comprender nada
comprendiendo al menos un poco
que la vida es un escenario
solo una escenografía
que nadie sabe decorar.