Que no hay ejército me dicen
pero si en cada esquina burlo la muerte
soy soldado que lucha por su marmaja, sus zapatos, su camisa
y aún caminado sin nada
me convierto en el perfecto enemigo
Soy soldado sin querer
desde mi casa como trinchera
con sus bien pintados barrotes veo pasar la vida
desde adentro el televisor me grita
y como quinta columna, me hace llorar lágrimas de sangre.
De frente y costado
me ataca el sicario en su motocicleta
repartidora de comida rápida, ajena y escupida
me ataca el carro de los anuncios
recordándome los impuestos.
Un vendedor de cuadros
de santos sin confirmar
en acuarela fotocopiada
me pide que lo salve.
Me ataca el teléfono
con sensuales voces
vendedoras de dinero plástico
cual si fuesen concubinas mendingando amor
Y para terminar esta batalla
aparece un tipo con uniforme de colegial
este quizás me pueda ayudar
pero cuál fue mi sorpresa, era policía.
Texto agregado el 21-04-2016, y leído por 124
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