Eran las once de la mañana, iba directo a casa, sabía que tenía que ir lo más de prisa posible, sin embargo, me topé con algo que inevitablemente me hizo detenerme a pensar.
Era una mariposa, quizá del mismo aspecto que las demás, sin embargo esta era especial, pues se notaba desde el suelo que aquella luchaba por su libertad y por lo tanto, por su vida.
Se había atrapado en las tejeduras de una araña, sabía el peligro que correría de no liberarse.
Cada vez mi caminar se hacía más lento, al tiempo que las posibilidades de vida de aquella mariposa se hacían más escasas.
Así recordé la vida del día a día, las cosas que se piensan en ciertos mundos van dejando lo surreal para entrar en la mera realidad, pesada, cruel, fría... Aquella mariposa luchaba tanto como las personas luchan por su libertad para su supervivencia.
Al igual que la mariposa, nos hallamos inmersos en las tejeduras de aquellos que nos rigen, pero no dejemos que el destino termine por hacer vanas las luchas.
Al igual que la mariposa se lucha, pero a diferencia de esta, no caeremos...
-Paola Canales Ll. |