No hace falta que te diga, que no soy el mismo.
Me pesa la soledad caída como plomo candente sobre mí.
Contigo no sé si el tiempo va hacia adelante o hacia atrás.
Las saetas de tu reloj dan vueltas en un sentido y en otro.
Me gusta ver el crepitar de las ascuas que te acompañan a cualquier parte.
Disfruto de tu sonrisa, dibujada en un rostro angelical.
No quiero Acabar teniendo un mal concepto de mí mismo.
Antes buscaba siempre, detrás de la niebla espesa.
Dibujaba monstruos, imaginarios habitantes de mundos irreales o reales.
Creo que en la libertad, se esconden mis esperanzas.
Guardo mi corazón dentro de una urna de cristal opaco.
Miles de hormigas abriendo caminos dentro de mí.
Agazapadas, esperando para salir afuera.
Algún día llegará el momento de su partida.
Dejarán en mi alma sus sinuosos túneles.
Pero deseo tu Felicidad.
Mi gran Amiga.
Sin condiciones, sin preguntas.
Siempre…
CARDEN@L
Texto agregado el 19-04-2016, y leído por 228
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20-04-2016
¿Existe el amigo que lo de todo sin esperar nada a cambio? Lyndsay