Tejiendo

Un invisible hilo conductor comienza a devanarse del ovillo de las injusticias. Comienza a tramarse el tejido más absurdo que se pueda imaginar. Todos suponen el origen y si bien nadie puede afirmarlo, comienza a atravesar todos los estamentos del mundo actual.

Cada fibra contiene las ambiciones de sus portadores que con delicada faena buscan trasformarlas en la urdimbre de las atrocidades.

Con una promiscua indiferencia, un ejército de aduladores observa con descarado placer como se tejen las redes de las inmoralidades. Una telaraña abraza al cuerpo social y sojuzga a la gran masa de la población que espera irredenta la absolución de sus pecados. Esa culpa judeo cristiana de hacerse carne de sus pesares y desgracias.

Nadie puede escapar a los silenciosos arácnidos que se pasean en sus redes, eliminando tras su paso cualquier intento de demanda por justicia y libertad.

Estamos atrapados en un entramado perverso y hostil, muchas veces vistos en la historia, pero nunca con la universalidad y la magnitud que se desarrolla en nuestros tiempos.

No es fácil escapar, aunque no imposible, un poder omnipresente que se alimenta de la indiferencia y la ignorancia.

Las aves son los algunos de enemigos naturales de las arañas, que no caen en sus redes, que tienen la visión y la perspectiva que le da ver el mundo desde arriba y que suelen acabar con sus ambiciones. Un delicado equilibrio que la naturaleza se encarga de administrar. Tal vez debiéramos aprender de ellas.

OTREBLA