LA MARIPOSA MONARCA Y LA ESTATUA DE LA LIBERTAD


Dedicado a Isaura y José
Que me hicieron tomar conciencia que ya estoy en el tren de las palabras escritas, y ... del cual ya no querré descender.



Hoy lo rememoro, y aun me parece un espejismo.
Desde el piso 67 del hotel con vista al mar, observaba con mi catalejo marino, recuerdo de mi abuelo, caminante de las olas y el decirme:
__Esto te servirá para acercarte a las cosas que amas. Al amor hay que acercarlo y conocerlo. Nunca observes las cosas que no amas o su contrario, el odio. El llega solo sin necesidad que lo acerques o lo llames.
Solo recuerda estas dos cosas: Caminante no hay caminos, se hace camino al andar Caminante no hay caminos, solo estelas en la mar(x)
Hoy que lo recuerdo sigo preguntándome, ¿como pudo llegar ella hasta ahí?
Y más aun, ¿en esa época del año? Ya se había ido la primavera y volar tan alto, para posarse en esa mole de hierro y cemento.
Seguía y sigue siendo un espejismo para mi.
Al paso de los días seguía detenida, sobre uno de los párpados de la estatua de la Libertad.
Apenas con leves desplazamientos de un extremo a otros del párpado que eligiera como su hábitat.
Tome fecha de su llegada, pues me parecía un espejismo, que con el paso de los días, lógicamente desaparecería al llegar mi mente nuevamente a su normalidad.
Pero como prueba de mi cordura ella seguía ahí.
¿Por qué elegiría ese lugar en vez de un árbol con flores?
Eso atentaba con su cordura, si es que las mariposas la tienen.
Digo esto, pues ellas parecen tan libres en su volar, pero no obstante tienen su derrotero.
En su corta existencia, ella persistía en seguir viviendo a pesar del paso del tiempo, en su revoloteo siempre alrededor de ese ojo pétreo, creado por el
hombre, como un simbolismo más de lo que no cumplía.
Brillante, pura en su belleza y colorido.
El día que desapareció, unos instantes leves después de un temblor, que a mi me pareció algún lejano terremoto en lo que la escala ya marcara, en el lugar del hecho el nefasto y horroroso peligro.
La vi como colgando como aferrándose levemente en el párpado inferior, del ojo que ella eligiera cual capullo, quizás, queriendo volver a la protección que el le brindaba cuando era una larva , un simple gusanillo, que luego se transformara en esa belleza que ellas, las mariposas monarcas poseen.
Si no fuera por el catalejo que me acercaba la imagen, podría creer en el delirio de un espejismo.
Pero, no. Ahí estaba y de pronto, desapareció. No voló.
No. Se esfumo. Se volatícelo. Se vaporizo.
No se cual es la expresión más correcta para esa transformación.
Y en el extremo de la unión de los dos párpados quedo algo brillante, cristalino con el tamaño de la mariposa, aunque cambiando de forma.
Centre mejor el catalejo, pensando se transformo en oruga tal vez.
Pero, lo que pudo observa mi ojo y luego el otro, no era una oruga ni un capullo. No.
Era una lagrima.
Me resistía a creerlo.
Un segundo temblor, agito a mi ser. No se el tiempo que paso del primer
temblor al segundo. Pero, si registre la fecha.
11 De septiembre de 2001.
Hoy trato de responderme cual fue el delirante espejismo.
El mío. O el que vi por TV y leí en los diarios, escasas horas después.
Cuando al paso de los días unos repetidos e incesantes temblores se percibían muy lejanos, decidí observar nuevamente La Estatua de La Libertad.
En el otro ojo percibí otra lagrima.
No se si fueron las mías. Pero, a través del catalejo me pareció que la mano y la antorcha que la sostenía temblaban levemente

Nadie más se detuvo a observar los ojos de la Libertad.
No me asombraría que se vieran vendados.
Los de la Justicia ya lo están. Llega también a mi memoria las palabras que José le expreso a Isaura, solo agregándole una estrofa :
¡Ah. Delirante y bello espejismo!
- Vuela libre con tus alas de derroche,
- Por mi camino de instinto y de deseo,
- Mariposa, monarca de mis sueños….(x x)
FIN

(x) De un poema de Antonio Machado.
(x x) Las tres versos finales tomados del bello y excelente cuento ESPEJISMOS de Dora Treviño.