Mientras las yemas de mis dedos se palpan unas a otras y mis ojos se cierran, mi pensamiento viaja, cabalga por las mesetas y la cordillera como un ave que surca los cielos en la noche. Permanecer inmóvil , bajo las estrellas, respirando lentamente tu aliento que se despliega y confunde con al perfume de la vegetación silvestre que se mueve al compás de una ráfaga de aire que habita mis sentidos. Mi pensamiento mueve sin moverse como los pétalos de flores que te llaman a cada instante. Tu piel se postra como la tierra llamando, acariciando las moleculas de aire que se hinchan al ritmo del deseo. Mi mano se estira y sobre su palma, mi corazon palpitante aún, te murmura -te amo- mientra mi visión te toca con vehemencia arrastrando tu corazón junto al mío.