Inicio / Cuenteros Locales / atolonypico / Un hecho casual.
Cuando volví al pueblo tantos años después pensé que nadie se acordaría de mí, que me habrían ido olvidando por cuestiones de memoria unos y por razones de edad otros. Pero no fue así. Se celebró mi vuelta, como si se tratara del recibimiento de alguien célebre. Fue bajar del barco y organizarse la algarabía. Bajaba ya a estrechar la mano del alcalde cuando un gigantón que circundaba al preboste municipal me apartó de un manotón.
Ya me extrañaba a mí: estaba preparado el recibimiento para otro que bajaba del vapor después. Sin embargo, el hecho me procuró poderme adentrar en una población casi desierta por el recibimiento y saborear los cambios sin interferencias. Recorrí con ansiedad sus callejas solitarias con la intención de llegar al lugar de mi nacimiento. Esperaba encontrarme en el solar que había ocupado la casa de mi familia desde tiempo inmemorial- hasta que la vendimos cuando nos marchamos- otra vivienda nueva que la sustituyera; pero cual no sería mi sorpresa cuando la encontré intacta. Casi completamente derruida, pero la misma.
- No entre amigo, esa casa está encantada. Es la casa de los Zapata. Desde que se fueron trae mal fario entrar.
Fue así cómo me enteré de la leyenda negra que circulaba en la población en torno a nuestra familia.
No esperé al siguiente vapor. No la quise con mi presencia confirmar. |
Texto agregado el 07-04-2016, y leído por 129
visitantes. (0 votos)
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|