¡Vaya suerte la mía!, me gusta una mujer y tiene que estar casada... no sé que castigo estoy pagando, parece que las escojo con pinzas. ¡Vaya suerte la mía!, siempre me mandan al carajo si me acerco, una cosa es que sean casadas y otra cosa es que sean beatas.
Texto agregado el 06-04-2016, y leído por 145 visitantes. (2 votos)