Es cuestión de ganas
Se despertó a las seis de la mañana y decidió hacerse de desayunar, nunca desayunaba, pero ese día en especial sintió ganas de comer algo antes de salir al trabajo, pero no sólo eso, sino que le dejó preparado el desayuno a su esposa también, se bañó, se vistió, en el se veía algo extraño, creo que era su sonrisa, salió de su casa y saludó a su vecino, aquel del que no sabia su nombre, pero que llevaba viviendo 11 años al lado de él, su vecino extrañado por aquel gesto único, sólo alzó la mano y se metió a su casa, Carlos seguía con esa sonrisa en su rostro, llegó a las oficinas y se atrevió a saludar a el policía de la entrada, pero ésta vez no sólo dijo buenos días, sino que le extendió la mano, incrementó su sonrisa y lo saludó por su nombre -buenos días don Mariano, y hasta tubo la locura de preguntarle sobre su vida personal -¿cómo ha estado?, ¿que dice la familia?, el policía no supo que decir, no sólo era la primera vez que lo saludaba Carlos, sino que era de las pocas veces que alguien no le decía “poli” mientras trabajaba, y mirando de forma extra a Carlos sólo dijo –bien, Carlos se metió y repitió el mismo procedimiento con cada persona que veía, las personas murmuraban, “se ha de estar muriendo”, “ha de ser una broma”, “se ha de estar burlando de mi”, es más, hubo quien se enojó y salió indignado de la oficina, pero Carlos seguía con su sonrisa, a la una de la tarde, en su hora de comida, tubo el descaro de hablarle a su esposa, le dijo –cosita linda, te extraño, vamos a comer, Clara, sorprendida por ser la primera vez que Carlos le hablaba desde el trabajo le preguntó, -¿porqué, pasó algo?, Carlos respondió, -no, sólo tengo ganas de comer tigo, y cuando Carlos regresó de comer con su esposa, su jefe fue a hablar con él sobre su conducta extraña, le terminó dando el día libre, nadie lo podía creer, que hombre tan raro, llegó a su casa, besó a su mujer, y la sonrisa nadie se la quitó, cuando días después le preguntaban que le había pasado aquel día, Carlos simplemente respondía, -tenía ganas de se feliz y estar tranquilo.
ELCHADEL
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