Nos odiamos como cosa natural,
enemigos desde antes de conocernos,
nos saboteamos mutuamente
sin pedirnos perdón.

Nos odiamos porque no
hay motivo para no hacerlo,
nos odiamos por costumbre
o divertimento,
nos odiamos porque solo
así sobrevivimos
a la realidad.

Cada uno ve los
defectos del otro
sin ver la paja en el ojo propio,
nos odiamos porque
estamos cortados
por la misma tijera.

Permíteme amigo mío
esta noche brindar
por la desgracia,
pero no olvides tu copa,
no vaya a ser que
accidentalmente
le vierta veneno para ratas.