TRAMA NEGRA I
Nunca se me ha ocurrido matar a nadie, si exceptuamos a la monja de latín que siempre me evaluaba con un 4.5 sobre 10 por más que me esforzara con la guerra de las Galias de Cesar, pero me encantaría hacerlo, ser mala, aunque solo fuera de ficción.
Veamos: hay que encontrar una víctima, un arma, un modus operandi y un móvil, sin móvil no hay nada que hacer….
Lo de la víctima no es difícil siempre hay alguien en la oficina, una vecina o cuñada a quien odiar.. eso no es problema, lo interesante es decidir como la mato…veneno, pistola, accidente… definitivamente tiene que ser original…. Ya sé, lo haré como Gila, con indirectas.
¿Alguien ha probado a matar a otro congénere con indirectas? Hay que reconocer que ese sería uno de los crímenes más sofisticados que existen, y más especializados, porque además solo se pueden dar entre humanos, no me imagino matar a un cerdo con indirectas o a una cabra, o un jilguero, incluso a un loro, (poco recomendable, te podría delatar, dejando pistas) apurando más, ni siquiera a un perro que son los más inteligentes y en sus ojos hay más sabiduría que en muchos humanos, si acaso, si acaso, y por no decepcionarnos, se harían los muertos.
Quiero matar a alguien y de este cuento no pasa, me voy a convertir en una escritora asesina…
- ¡¡¡Que ilusión!!! Me voy a disfrazar… necesito una pipa… no , es poco femenino, una boquilla de cigarrillos de Matahari… ¡eso!, aunque no fumo, bueno pues… esas modernas que son de vapor de agua valdrán.
Vuelvo al arma del “crimen por indirectas”, las indirectas. Pienso que otra de las ventajas de utilizar este artilugio asesino es que se convierte en la muerte perfecta… es indetectable, menos en los loros.
La víctima… hay que buscar un perfil especial… no hay móvil lo cual hace más indetectables las pistas… ya sé, mi cuñada Rosa… que divertido, ¡voy a matar a mi cuñada!.
Rosa es una mujer coqueta, jamás sale de casa sin pintarse los labios, maquillada, con sus pendientes y aderezos varios y, siempre, siempre, de peluquería.
Rosa martiriza a mi hermano, lo tiene dominado y lo hace del modo más ruin posible, arrancándole pulgada a pulgada su virilidad, habiendo dejado a este como su perrito faldero, sin dignidad, además, cuento con la ventaja de que no tienen hijos que ablanden mi conciencia.
Lo difícil y sofisticado del asesinato por indirectas es que hay que analizar la “psique” de la víctima.
Uffff pensemos… ¿qué es lo que más valora a Rosa?… la coquetería y ¿cual es su debilidad? los dulces. Pues vean Sres. como con tan pocos ingredientes se planifica asesinato en un periquete.
La ejecución del plan comenzó hace apenas tres meses. Quedé con mi cuñada con la escusa del cumple de una amiga común…le hice ver lo bellísima que estaba y como le miraban envidiosas las otras mujeres, eso hizo que bajara la guardia. A continuación quedé con ella varios días seguidos y regalándole unos maravillosos pasteles de azúcar concentrada suaves, delicados y llenos de calorías.
La comencé a visitar con frecuencia y con triquiñuelas varias. Salíamos a comer, merendar o cenar, nunca al aperitivo porque es bien sabido que quita el apetito, y siempre le dejaba, como quien no quiere la cosa, unos dulces a los que no se podía resistir.
Conforme engordaba yo le animaba diciendo que no se había fijado lo bellísima que tenía la cara y el cutis, que unos kilitos vienen muy bien pues la piel se estira y una rejuvenece, y, mi víctima empezó a comer como una posesa.
Cuando ya no podía dejar de hacerlo, el cuerpo comenzó a causar los estragos propios de las calorías, pero ya era tarde, su organismo como otra droga cualquiera, le creó adicción y su maravillosa figura comenzó a inflarse como un globo. A partir de ahí comenzó la segunda fase, las indirectas propiamente dichas.
Nunca le decía que estaba gordita, más bien al contrario, simplemente le hacía ver lo delgada que estaba la vecina, mi amiga, la otra cuñada, incluso su hermana.. la envidia y el terror se apoderaron de ella, no había marcha atrás, el estómago es un pillo, en cuanto lo aumentas de tamaño ya es irreductible.
Me llegaron noticias de que estaba deprimida y yo, claro, como buena cuñada, que digo cuñada, ¡una hermana!, iba a verla a diario y continuaba con mis indirectas pero ahora ya apoyando su situación:
- pobrecita, con lo mona que tú eras… lástima, mejor no salimos y así nadie nos ve, ya damos pena.. yo te entiendo, anda come, que lo único importante es la salud… son cosas de la edad, no le des importancia,… bah.. no te preocupes tonta, toma estos pastelitos para que se nos pase el disgustillo…
La víctima estaba para el golpe final y lo realicé el miércoles por la tarde. Fui a visitarla como de costumbre, pero le llevé unos pantaloncitos cortos que se había dejado olvidados en mi casa el verano pasado… le dije: ”pruébatelos, que te quedarán muy bien”… tanto le animé recordándole su bella figura que se los probó. De su dormitorio salió un alarido mortal, asesino… y enseguida me fui a casa, no sin antes despedirme repitiendo que no se preocupara que yo estaba allí para lo que necesitara, pero que sí, que tenía que asumirlo, se había convertido en una GORDA!!! Y tome las de Villadiego con una sonrisa de triunfo en mi cara.
Debo reconocer que cuando me llamó mi hermano llorando, me dio un vuelco el corazón con el que no había contado.
Cuando le pregunté como se había suicidado, me contestó atónito al otro lado del tfno.
-¿suicidado? Ha sido un crimen. (No podía creerlo, me habían descubierto).
-¿Un asesinato?
-Si, 15 balazos,
-¡15 balazos!, repetí incrédula
-Sí, me contestó, se me disparó la pistola mientras la limpiaba, estoy detenido, llamo para que me asistas…
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