Acaso los años pasan y mi piel envejece
La soledad hace mi vida vacía...
Las palabras que una vez escuché...
El susurro del adiós, aguardando la condena
Las cadenas se arrastran, el mundo desvanece, la tristeza crece lentamente en mi ser... Estoy ciega por las luces que nublan mi sentido de juicio, esperando que la verdad sea quién rija esta rigurosa travesía. Mi corazón trata de revivir en el intento, mi pasado me golpea, los gritos vacíos, las duras palabras, el sentimiento sobrio, mis palabras desvanecen sin ser pronunciadas.
Condenada, muda sin una expresión...
El sonido desvanece y nada es audible...
Mi corazón se siente literalmente apuñalado...
Muchos dijeron ser mis amigos y lo único que hicieron fue partir mi alma en una mitad, el color de mi rostro se hunde en un mar de agonía, un grito sordo se escapa, mi mente está borrosa... -No puedo pensar con claridad -Dije antes de caer contra el duro suelo.
Mis ojos se cierran, intentando no caer, pierdo el equilibro, todos se vuelve negro, eso significa que mi alma ha muerto, dentro de mi ser... Soy una simple marioneta, que todo el mundo golpea a voluntad, mis defensas desvanecen y las lágrimas se hacen presentes.
Los golpes resuenan en un patio...
Las lágrimas resbalan cálidas por mi rostro...
Mi mente no quiere escuchar... Pero la humillación ha comenzado...
La agonía reside en mí ser, han sido años muriendo a la distancia, sin ser escuchada, nadie cree y todos se burlan, la realidad muere en mí alma, ya que todos toman el tema como si fuera un juego o una broma de salón.
Tantos años han pasado y no encuentro respuesta, nadie se coloca en mis zapatos... Pero no puedo exigir más que Justicia.
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