Allá Río agitado, si como acá la noche se presta para dar rienda suelta a la Locura.

Dos cuerpos en el espacio difuminándose.

La luna pero nubes.
Viento y algunas gotas en el cuerpo,
de vez en cuando, como para no perder la costumbre;

del olfato, del deseo y las distancias de los cuerpos...

Ah, pero de la cercanía también, si pienso en los túneles de ciruelos y la piel al viento.

Acá la noche cubre la habitación entera y me preparo para acostarme sola, mientras esbozo algunas imágenes absurdas de canciones y estrellas metidas en una habitación a oscuras.

Y tu presencia en el fondo, en un sillón... Un cubo en el espacio: tu habitación tu mente; mientras que afuera el infinito, la inmensidad de tu corazón que construye altares al cielo y se va con el río hasta la inmensidad.

La contemplación. Mejor en silencio. Mejor despacio y de a poquito nos vamos yendo.

Hasta mañana corazón, dulces sueños.