Fue en medio de una comida entre las familias de 5 hermanos en un campo de maníes. Muchas carcajadas, estaban felices todos juntos luego de mucho tiempo. Francisco (Paco), Federico (Nene) José, Juan y Manuel. Yo tenía 3 años y mi madre me llevó a un camión en el patio de la casa donde de repente mis tíos participaron de una reyerta. Paco sacó un puñal de la cintura al levantarse de la silla en que estaba y quería matar al tío Nene, el brazo extendido del puñal abanicaba el aire muy cerca del rostro, los otros hermanos entre ellos mi padre entre los sacos (ropa de abrigo) envueltos en un brazo y un mantel envolvía el brazo de otro hermano, le trataban de frenar. Los dos giraban agachados y con los brazos bien abiertos, de repente el rostro del tío Nene comenzó a teñirse de rojo, pero la pelea seguía y los otros hermanos con saco o mantel cubriéndose golpeaban a Paco tratando que cayera, pero este con movimientos violentos efectuaba el giro contra todos. El tío Nene reía y a su vez incitaba a Paco sin nada en la mano. Si, reía sin dejar de girar esquivando las puñaladas horizontales. Las mujeres y niños gritábamos aterrorizados mezclados por los gritos de los hombres. Paco producto de los empujones cayó en una acequia lindante. Se acallaron los gritos, la tarde se llenó de silencio y cuando volví a verlos los cinco hermanos venían a lavarse en un estanque con la cabeza “gacha” todos embarrados. De repente Paco comenzó a llorar y a continuación los otros. Se abrazaron mientras las mujeres comenzaron a acomodar todo lo tirado y nosotros los chicos a jugar inocentes ante lo que pudo ser una tragedia. El drama llegó años después. Primero murió en 1955 con 35 años el tío Nene de una puñalada en el vientre y en 1962 con 45 años el tío Paco muy golpeado al costado del camino. Juan, mi padre, hace un año comenzó a tener episodios violentos. Tenia 52 años, encargado en una fábrica textil, padrino de bautismo de mi hija además de ser el abuelo, debí decirle que mi esposa y mi hija no podían verlo, tenían terror, pánico al verlo llegar a casa. Habían estado en las fiestas de Los Bomberos y en la casa de campo del portugués y no podían superar lo que allí vieron que hizo. Mi padre se retiro sin decir palabra, era un buen tipo, que pena apareciera esa esquizofrenia maldita que duraba 5 minutos. Lo vi una docena de veces a lo largo de 9 años pues volvió al campo donde murió inmerso en una profunda tristeza y soledad. Tenía 65 años. Hoy hijos de aquellos hermanos, sufren esporádicamente los mismos ataques.
Algunos estudios sugieren que la genética, defectos durante el neurodesarrollo, el entorno durante la infancia o procesos psicológicos y sociales son factores importantes que pudiesen contribuir a la aparición de la esquizofrenia.
Una persona con esquizofrenia, por lo general, muestra un lenguaje y pensamientos desorganizados, delirios, alucinaciones, trastornos afectivos y conducta inapropiada.
Entre los síntomas se encuentran el humor exaltado, desenfrenado o irritable, con hiperactividad, el habla delirante y autoestima envanecida; con o sin depresión y ausencia de interés por la vida.
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