El miedo a veces sube y a veces baja pero al final vive siempre adentro. La vida es un lugar frágil, está hecho de la gente que queremos y lo que los amenaza: la enfermedad, la violencia, la pobreza, el fracaso, la depresión, la rutina, el azar y muchos otros. Está hecha de la misma material frágil y los mismos motivos que nos amenazan a nosotros. El miedo es un lugar palpable, está en las esquinas oscuras y en los días soleados, aquí mismo está. Sin embargo no es inútil, a veces es una luz y a veces es un freno. Es una parte del cuento y es lo que soy casi todo el tiempo. El problema es cuando es tanto y es tan frecuente que ya no sirve para ser tomado a vasos, cuando va ahogando. Yo acostumbro a esperar a que baje, pero no siempre es suficiente. Habría que encontrar otro lugar para poner al miedo.