sentado, en la obscuridad, a solas, con la mente desnuda, libre, serena y en calma, me descubrí atónito de contemplar el incesante fluir de la vida misma, la nada, el todo, como una laminilla animada, como un recuerdo, como una imagen, una alucinación mas, la realidad se desintegra ante mi para dar paso a la fantasía, tan real, tan ficticia como la vida, como la muerte, sin moverme, quizá llevaba horas allí sentado y apenas si era consciente de que se me entumían las piernas, o quizá solo comenzaba a desentumecerse mi cuerpo, no parecía existir, ajeno, como mirando el mundo al través de una membrana translucida, de grandes falacias y razones estúpidas por las cuales pelear, por las cuales seguir, por las cuales levantarse y temer, lejos a escasos centímetros de la realidad que mi mente parecía arañar, ahogado, en llanto en risas, que nunca sabre si fueron reales, o solo cruzaron por mi mente como un flash, fugaz, como la eternidad, como una traición, la felicidad, y la agonía, el bien y el mal parecían coincidir, ser sublimes y me permitían exhalar un sorbo de verdad, como tratando de vomitar una palabra, solida?, liquida?, para que? si no sabes hablar, la vergüenza es algo que no se puede comprender, pues tu comprensión no esta mas, si apenas podes contemplar, a veces pienso que no debería, o no quiero regresar...