Ahora ya sé que los árboles
tienen sus pájaros fieles
porqué las ramas no atan:
ofrecen.
Pedro Salinas
Nunca usó la pizarra, ni los exámenes. Su teoría era que los alumnos sólo estábamos obligados a recordar aquello que recordábamos. Decía que repetir algo mil veces para dejarlo grabado en la memoria era hacer trampas al cerebro y que aprender lo que no nos importaba era todavía peor: porque era engañar al corazón. Si los alumnos no recordábamos algo era sólo porque su discurso no había sido suficientemente memorable. En la práctica su revolucionaria forma de enseñar se convertía en un inevitable y escandaloso aprobado general. Sus clases las pasábamos charlando, leyendo poesía y mirando el mundo por la ventana. Todos le llamábamos “El loco”.
Cuentan que el día que el director le llamó a su despacho para el juicio sumarísimo que acabaría en despido fulminante; en su torpe defensa, el maestro sólo recitó unos versos de amor de Salinas que hablaban de árboles y de pájaros. El pobre estaba tan loco que, a veces, confundía el amor con la educación.
Texto agregado el 20-03-2016, y leído por 207
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Lectores Opinan
03-05-2016
Qué bonito!!!!!
Ildego
03-05-2016
Qué bonito!!!!! Ildego
20-03-2016
Precioso, el profesor era más sabio que los sabios.***** lagunita
20-03-2016
No estaba tan loco. Los mejores profesores, están enamorados de su profesión. 5* grilo
20-03-2016
Me parece precioso, reflexivo y tierno. Me gustaría que hubieses existido. Gracias KQ58