La realidad de la historia de Sansón y Dalila
La Biblia nos habla de un poderoso guerrero hebreo nacido allá por el siglo XII A.C. poseedor de una extraordinaria fuerza gracias a un don concedido por Jahveh para que le utilizara en la defensa del pueblo elegido contra los filisteos.
Se cuenta que todo ese prodigioso poder radicaba en su cabellera y que por esa razón nunca se cortaba el pelo luciendo siempre una esplendida melena.
Se habla de las grandes gestas que realizo a lo largo de su vida, la matanza de un fiero león solo ayudado por la quijada de un asno, la muerte de centenares de filisteos solo con sus manos, la destrucción de un templo empujando las columnas de la entrada con la fuerza de sus brazos a pesar de que sus enemigos le habían sacado los ojos, hazaña en la que se sacrifico muriendo en el derrumbe para conseguir matar a cientos de enemigos y de otras grandiosas proezas e historias todas conseguidas gracias a su fuerza que no desapareció hasta que una filistea, de nombre Dalila, con la que se había desposado le corto el pelo cuando dormía.
Pero la verdad como en tantas otras ocasiones ha ocurrido a lo largo de la historia fue muy diferente y ha sido el tiempo y la imaginación de los hombres los que han ido adornando su vida y creando estas leyendas.
Es verdad que Sansón era un hombre muy fuerte, pudiendo decirse que era incluso notablemente fuerte, pero lo verdaderamente cierto es que era muy narcisista y se pasaba las horas en el gimnasio fortaleciendo sus músculos hasta límites exagerados y poniéndose como ahora se dice, hasta las trancas, de anabolizantes y esteroides, aunque en aquella época no se les llamaban así, sino pociones mágicas y exóticas procedentes de obscuras y extrañas mezclas que venían sobre todo de Persia, pero que la verdad es que conseguían el efecto deseado.
Y también es verdad que tenía una hermosa cabellera de la que se enorgullecía, que cuidaba con esmero y que le llegaba hasta los hombros, pero que ni por un momento consideraba que fuera mágica.
También es cierto que se había casado con una filistea, la ya nombrada Dalila, a pesar de que pertenecía a un pueblo enemigo del suyo, pero el amor ya se sabe que es ciego y posiblemente si hubiera sabido que iba a ser el origen de su decadencia, no lo hubiera hecho, pues Dalila, que era una bellísima mujer de la que estaba muy enamorado desde que la conoció, estaba empeñada en que se cortara el pelo, insistiendo en que ella quería que llevara la cabeza totalmente rasurada y que si lo hacía le querría aun mas, ni que decir tiene que Sansón, que estaba orgulloso de su melena, ni se planteaba hacerle caso a pesar de lo pesadísima que su mujer se ponía, pero lo que no supo medir es que Dalila era muy cabezona e insensible al desaliento y una noche aprovechando que su marido dormía después una buena borrachera, le dejo la cabeza como un huevo.
¿Y qué ocurrió con Sansón?, pues que cuando se le paso el monumental cabreo al verse sin pelo, no tardo ni un día en coger una pulmonía de espanto, motivada sin duda por el frio que le entraba por la cabeza no acostumbrada a estar a la intemperie.
Así que estuvo más de un mes, sin gimnasio, sin anabolizantes y en la cama tosiendo y debilitándose hasta límites a los que nunca había llegado y de ahí viene la leyenda de que perdió la fuerza al estar sin pelo, cuando la verdad es que estuvo hecho polvo una larguísima temporada.
Y respecto a la historia de la muerte del león, otra fabula, lo que en realidad pasó es que una tarde que andaba por el campo, mato a un conejo de una certera pedrada y ya se sabe, uno exagera un poco, otro más y al final el conejo pasó a la historia como un león.
Y nunca liquido solo con sus manos a centenares de filisteos, lo que ocurrió es que después de una visita que hizo a la ciudad de Ascalon se desato una epidemia de tifus y justo cuando él la abandono la ciudad murieron por ella muchos hombres y ya se sabe, que si qué casualidad, que si él estaba allí, que si intervino en la matanza, que si tal y que si cual, se fue creando la fabula, pero lo cierto es que nada de nada, como tampoco fue cierto que los filisteos le sacaran los ojos, lo que tuvo durante varios meses fue una terrible conjuntivitis alérgica, que le impidió ver bien durante una temporada pareciendo en realidad que estaba ciego.
Aunque lo que si fue cierto es que murió aplastado en el derrumbe de un templo, pero la verdad fue muy diferente de cómo nos ha llegado.
Sansón en los últimos años de su vida se ganaba el sustento como albañil constructor que en aquella época era funciones unidas y un día para su desgracia le encargaron que remozara el techo del templo de Hebron y como no era lo que se dice un artesano habilidoso, cuando estaba en plena faena, los andamiajes se le vinieron abajo y murió junto a muchos otros obreros aplastado en su interior.
Y aunque quedo muy desfigurado le pudieron reconocer por su larga melena, que había vuelto a dejar crecer.
En cuanto a Dalila parece que siguió viviendo bastantes más años regentando una peluquería, dando rienda suelta a su vocación.
Fernando Mateo
Febrero 2016.