SE BUSCA…
Había una vez en cierto mundo imaginario de poetas, cuenteros y gentes de mal vivir, un pozo donde todos depositaban sus mejores tesoros y secretos guardados entre líneas y versos perdidos, amores frustrados, deseos incontenibles, poesías locas, reflexiones absurdas… de algún modo unos y otros caían ahí, sin que mediara provocación alguna, solo por soledad, vanidad, por experimentar nuevas sensaciones, o simplemente por ser leídos, vamos, como una adicción. Eran seres extraordinarios, por lo raros, en sus mentes vagaban imágenes incontenibles, historias enrevesadas que se fraguaban a fuego lento y un día explotaban, y lejos de reservarlas para sí, he aquí el milagro, generosamente lo depositaban en ese anónimo saco de ingenios literarios y sin que mediara moneda alguna.
Pues bien, yo como tantos, con nombre supuesto, también aterricé por esos lares. Ese mundo de seres fantasmagóricos, se llama “loscuentos.net”. A mí, como a otros, el azar me llevó a esa orilla. Con emoción, curiosidad, timidez y unas gotitas de vanidad, dejaba todos los días mi ocurrencia con la esperanza de que alguien leyera mis secretitos. Esas historias me permitían ser una asesina con indirectas, una loca enamorada, una gitana o un ser en busca de la muerte o los secretos de la existencia o simplemente hacer amiguitos imaginarios. El caso es que, todas las mañanas abría el ordenador con la esperanza de que alguien hubiera leído mi última ocurrencia y me pusiera estrellitas a modo de notas colegiales… ¡¡que bien si encima me ponían un comentario y elogioso!!, como que se me animaba el alma…
Ocurrió que un buen día observe que por aquellos lares, no sé si a este o al otro lado del Atlántico, apareció un ser monstruoso, un “ladrón de estrellas” que normalmente operaba con alevosía, nocturnidad y escudándose en el anonimato, y aquellos relatos tan bonitos ellos, que al finalizar el día tenían 5*, al siguiente o incluso en días posteriores, cuando no estaban expuestos al público… ponía un asterisco maldito para bajar la media. ¿Quién será ese ser monstruoso que se alimenta de la ilusión ajena? ¿Acaso envidia a esos pobres seres atormentados por rimas y perdidos de amores extraviados?, ¿acaso no hay un cheriff en este pequeño pueblo que ponga fin a sus desmanes? ¿Alguien que dispare más rápido que el maldito ladrón de estrellas?.
YO RETO Y DENUNCIO:
¡¡¡QUE SALGA EL CABRÓN QUE TODAS LAS NOCHES ME ROBA MIS ESTRELLAS!!!!
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