Vives en dos mundos.
Así, tus hombros y tus pechos son girasoles de un tallo.
En el día eres cautiva de las horas cotidianas;
en la noche, vienes conmigo.
Qué importa que no alumbre el sol en tu ausencia
si tu eco me lleva a tu aroma de luna agridulce.
Despierto cuando beso tus caderas.
En otro sol descubro el diapasón de tus ojos,
y de tu piel germinal nacen sirenas.
No estés triste.
Recuerda que vives en dos mundos.
Soy el de la noche que resbala por tus pestañas
y fecunda los peces de tu vientre;
empujado por el viento milenario que nos arropa.
Texto agregado el 18-03-2016, y leído por 294
visitantes. (8 votos)
Ay, mi Rub tan querido, me hacés suspirar sin remedio. Llega al alma tanto sentimiento. Te abrazo bien fuerte y con todo mi amor! MujerDiosa
18-03-2016
Senderito amado, has recreado esos dos mundos de tu MUSA de forma magistral. Hay tanta poesía como sentimiento. Impregnas al lector con tu sentir, y eso sólo lo hacen los grandes. Me llevo tu poema para recomendar su lectura en mi bio. Un abrazo eterno, amigo tan apreciado y respetado. SOFIAMA
18-03-2016
Hermoso (sin más comentarios)
Un abrazo dulce. gsap