Nos encontramos sin estar
en caminos recorridos con afán.
Ëramos dos seres errantes
que se deslizaban sin cesar.
En un silencio no buscado
nos tocó renacer con aromas
que acercó la casualidad.
Sabores de épocas de ausencia
quedaron atrás, sumergidos
en aires cálidos de ternura.
No importó el otoño de la ciudad
siempre agreste y fue hecho
el verbo dialogante
La plática entonces
se deslizó fácil, clamorosa.
Nos alcanzó la palabra
y echamos a andar sin protestas.
Texto agregado el 17-03-2016, y leído por 127
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