BOLETO PARA PASEAR...
(Prosa breve)
Por:Daniel O. jobbel.
Mirá, te digo esto... Que no se cukpe a nadie por esto
No me alegra empezar como empiezan los demás. "Me gustaría qué", "Te aclaro qué..."”Pido disculpas, si acaso…”
No me alegra ventilar los dóciles días y los trapitos al sol.
Me parece verte todavía, rezongona, ese rostro marcado a fuego,
con un Artaúd bajo el brazo, yéndote,
lejos de un perdedor despreocupado por el dinero,
de un tipo obstinado probablemente,
con el colesterol que le estrecha las venas,
pero que piensa volver a encontrar el amor en esa esquina inesperada.
De un tipo que peina canas y pierde los dientes,
de un tipo que necesita hablar de ciertas cosas y que después se le niega,
de un tipo que se enamora locamente, y que al cabo de los años, piensa, que no es imposible reunirse otra vez. En un café.
Empezar como empiezan los demás no me alegra.
Simplemente un erudito quisquilloso diría: Sacaste boleto para pasear por los supermercados,
Cosas de la vida...
Con este mismo poema salvé el alma del infortunio,
de las citas plantadas, de las esperas desesperadas;
de los inesperados cambios de roles, de muecas inquietas,
de rostros parcos, con rizos dorados como sol de mediodía que meneaban al viento.
¿Qué quiere decir esto? Nada. O todo.
Quizás una taza de café, me alegra sin dramas en el murmullo.
O el vaho de un vino tinto me delata un viejo rencor.
Ahora, así al voleo, intercede la torpeza de nuestra última hora,
que debió transcurrir en un ameno diálogo donde lo que quedaba por decir se dijera sin temor. Pero no se dijo. No fue así, y nos separamos verdaderamente como lo merecemos, en una cafetería mugrienta rodeados de colillas aplastadas y sobrecitos de azúcar retorcidos, con culpas compartidas,
mezclando la resaca con besos torpes de una última noche.
Y hubo amor no correspondido. Eso ya lo sé.
Pero hay algo que me intriga.
Algo que sí me alegra...
De no morir amándote.
Eso sí me alegra.
¿Quizás sea consuelo? Sí, del idiota aleccionado.
¡Se equivocan los crápulas! Es satisfacción por lo vivido.
Porque me alegra verte en sueños.
Estás ahí, diáfana en la penumbra. Entre sábanas arrugadas, preparando el desayuno de cada mañana, entre cicatrices que el tiempo dejó. Es la felicidad que duerme, simpática.
¿Que estoy loco? Puede ser ¡Pero, no es pena!
Es no tener doble cara.
Se que te amé de pensamiento, ¿Pero que culpa tengo?
Que quieres que le haga. Sí ya no te tengo.
Más, te amé locamente. ¿Y a quién le importa?
Me acobardé, ¿Pero quién lo duda?
Que no debí amarte tanto, es cierto.
Pero me alegra. Te amé,
Y con eso me basta...-®
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