Después del velorio de Gerardo se dirigieron al panteón y depositaron sus cenizas y se realizó una misa donde se encontraba Erika.
-tenía muchos años de no verte – dice Natalia – después de que no bajabas de ramera.
-te insulté muy feo.
-ya han pasado muchos años. – dijo Natalia.
-mi papá habló conmigo y entendí que no fue culpa de nadie. Te estuve buscando todos estos años, pero nunca supe de ti.
-tuve a mi hija y seguí con mi vida.
-te pido que me perdones. – dijo Erika.
Después de algunos meses Silvia se casó y Natalia fue abuela de una niña. Erika poco a poco fue recuperando la amista de Natalia. Ella no falta al panteon para dejarle flores a su madre Regina, a su abuela teresa y a su eterno amor Gerardo.
Fin.
Texto agregado el 12-03-2016, y leído por 104
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Lectores Opinan
12-03-2016
Muy injusta es la vida,me hace pensar este relato*****
Victoria 6236013
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