Maldad es lo que destillas por cada poro de tu hermoso cuerpo. Una mirada vil, cual la de una villana de cómics, posees; tu hablar se asemeja a la misma oscuridad de la noche.

Clavas tu penetrante mirada en lo más profundo de mis ojos. Luego, te acercas y con una bofetada empiezas a atacarme con tus labios. Me sostienes con tus manos en mis mejillas y no me dejas huir.

Segundos después, te alejo con mis manos y te empujo hacia el sofá. Has de caer en el medio de este. Te observo allí indefensa, mientras me desabrocho la camisa. Me acerco lentamente hacia ti y no lo logras si quiera moverte cuando me ves cada vez mas cerca. La maldad ha desaparecido y la villana en amante se va convirtiendo por cada segundo que transcurre.

Me coloco encima de ti con una mano en tu pecho y con la otra sostengo la tuya. Nuestros dedos se entrelazan. Me tiras hacia un lado y encima mío te echas, mientras te despojas de tu blusa rápidamente.

Me has dejado desnudo y con un brusco movimiento de despojo de tus pantalones sin que lo notes. Te encuentras en un estado de placer indescriptible. Nuestras almas se fusionan y un viaje lleno de maravillas empezamos.

Tiempo después, me susurras al oído que me amas mientras te deslizas por mi cuerpo sin detenerte. Yo te miro a los ojos y con un beso te respondo todo lo que necesitas saber. Caes rendida a mi lado con tu respiración tan agitada como al finalizar alguna carrera. Me observas enamorada y una mano en mi pecho colocas. Luego, me das un beso, mientras te coloco abajo de mí y te preparas para otro viaje por los cielos.