La verdad sobre la muerte de la reina Cleopatra
La historia oficial registra que Cleopatra VII nacida en Alejandría en el año 69 a.c. hija de Plotomeo VII y Cleopatra VI había preferido morir por la letal mordedura de una áspid después de la derrota que el emperador Octavio había infringido a su flota en la batalla naval de Accio, para no pasar la humillación de ser llevada prisionera a Roma y resultar escarnecida por el pueblo.
Pero hace unos meses unos investigadores daneses han logrado descifrar unas tabillas de arcilla encontradas entre algunos restos arqueológicos en el Museo Egipcio de El Cairo, en las que se apunta una razón muy diferente a la hasta ahora considerada como verdadera.
Claro, que siempre que aparece una nueva información de este tipo por muy bien documentada que este y sobre todo se opone a las contrastadas investigaciones y vestigios acumulados durante tantos siglos, lo prudente es considerarlas con cierta precaución, ya que es imposible conocer quien fue el autor material de dichos escritos y con qué intención los realizo, ya que bien pudieron obedecer a un mero chismorreo que también en aquella época existía.
No obstante y dicho lo anterior, no deja de ser chocante que siendo Cleopatra como era una mujer arrogante, seductora, fastuosa, segura de su belleza y de su poderío y de una notable inteligencia, que dominaba no solo las ciencias al uso en aquella época sino que era capaz de hablar cinco idiomas a demás del suyo, se sintiera tan abrumada ante la perspectiva de ser llevada a Roma.
Una mujer que durante años había sido capaz de domeñar con mano dura todas las intrigas de sus propios hermanos y de otros nobles, una mujer que con solo 21 años, ya había tenido dos maridos y tres hijos y que al sentirse en peligro fue capaz de ir hasta Roma de incognito para pedir ayuda y convertir en su aliado al emperador Julio Cesar, cosa que no solo lo consiguió sino que le enamoro y tuvo con él un hijo, Cesarion, para continuar rigiendo su mandato en Egipto desde allí hasta que Cesar fue asesinado, momento en que se volvió a Egipto aun más poderosa que antes y protegida por Roma.
Parece que una mujer así, una reina, una luchadora, una intrigante, capaz de sobreponerse a muchas otras vicisitudes e incluso humillaciones, no es normal que se arrugara y decidiera suicidarse por esa causa, sobre todo en un momento en que estaba viviendo un tórrido romance desde hacía dos años con el general Marco Antonio.
Según las tablillas, lo que en realidad ocurrió, fue que después de la batalla naval, habiendo ya retornado Marco Antonio, Cleopatra se desplazo hasta el campamento para pasar una amorosa velada con él, Cleopatra estaba a pique de cumplir los cuarenta, y se encontraba en su plenitud, viviendo el más ferviente enamoramiento que había tenido en su vida, Marco Antonio era para ella todo, su compañero, su hombre, su amante, su príncipe y estaba muy por encima del imperio y de cualquier otra cosa.
Entro esa noche a hurtadillas en la tienda del general y le encontró desnudo en pleno bacanal con otros tres fornidos y sudorosos esclavos negros, ninguno de ellos se percato de la presencia de Cleopatra siguieron entusiasmados a lo suyo, sobre todo Marco Antonio que se empleaba con una ganas y una dedicación, como Cleopatra no había conocido empleara nunca con ella y eso fue lo que realmente desequilibro a la orgullosa reina, no pudo comprender como su Marco Antonio que la tenía a ella, la más experta, la más codiciada, la más sutil y conocedora de las artes amatorias, o al menos así se consideraba, la mujer que le había dado todo y que quería seguir dándoselo, era rechazada y cambiada por unos malolientes y sucios esclavos.
Y ya no pudo dejar de pensar y pensar, que quizá su Marco Antonio cuando estaba a solas no sintiera nada o incluso que seria para él un sufrimiento sus caricias, que no podría soportar las promesas susurradas a su oído, que estaría añorando los ásperos y musculosos cuerpos de aquellos hombres y que había estado fingiendo una pasión que no era cierta y lo que era más terrible para ella, tan lista, tan perspicaz, tan astuta, que en realidad no se hubiera dado cuenta que había estado conviviendo sin saberlo con un homosexual que no la deseaba.
Y no pudo superarlo, si le hubiera sorprendido con un grupo de esclavas seguramente le habría perdonado, pero eso no, fue la mayor humillación que había recibido en su vida, había sido despreciada como mujer, ella la mejor, la más bella, la que había dominado a emperadores, , la poderosa reina de Egipto.
Así que se retiro en silencio, llamo a sus sirvientes y consumo su suicidio.
También a los pocos días Marco Antonio se suicido, aunque en las tablillas se insinúa que fue suicidado según orden dejada por Cleopatra.
Fernando Mateo
Febrero 2015