Veo una mujer del pasado, una lágrima
y un tiempo donde todo es mentira.
No aparecen tus ojos ni tus trivialidades.
Escondidas en las cortinas te delatan
una triste realidad y un malvón desapacible.
Tengo ganas de ir tirando la vida
como quien va quemando una historia trunca.
Mientras espero me bañe el destino
me voy vistiendo de pequeñas alegrías decadentes.
Y sigo esperando una lágrima,
una mujer del pasado, tus ojos y tus trivialidades.
No tengo porque discriminar.
Texto agregado el 03-03-2016, y leído por 120
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