Calmadamente iré hilando todas las hipocresías, todas sin excepción; las de las personas con mayor autoridad y las de las que casi no poseen influencia. No se extrañen de que haya mucha zacapela en estos tiempos, y tendré que aquietar mi mente para poder dilucidar el camino a seguir. Dentro de la esperanza que aún conservo, aspiro a que ningún cáncer se pose sobre mi cuerpo, y aunque a veces quisiera pegarme un tiro en la cabeza, no tengo razones para usar un arma de esa manera. Contemplen estáticamente mis movimientos, y quédense observando muchas horas, mientras son ustedes los que sufren paralizados frente al horror irrefutable de la verdad.
Se me está perdiendo mi dinero, se lo están llevando, me lo están robando, se lo llevaron los militares y también la salud y la educación. Se está acabando la vida, poco a poco, se está desvaneciendo, y no sé si en realidad se está acabando o se está renovando, pues el planeta está cada vez más desolado, pero la reproducción es imparable. El mundo está en desgracia: sin comida, sin agua y encerrado en sí mismo, sin posibilidad de escapar, gira y no se detiene, nadie se detiene, velozmente nos dirigimos hacia nada, todos juntos y al mismo tiempo todos aparte. Para todos y para nadie es el mundo, para mí y para nadie más es.
No sé qué más piensan urdir contra mí, pero yo soy el supervisor de la red global; eso es todo y todos, a menos que finjan demencia tendrán que reconocer que no pueden escapar de la verdad. En consecuencia, los veré hacer muchas bisoñadas, por no interesarse en la red global, por no reconocerla como el enlace del mundo entero y por no tener en cuenta la influencia de ella en las decisiones que se toman para procurar el bienestar de todo ser vivo. La globalización es un proceso fundamental para reconocer el conocimiento que nos rige y en ese camino los hipócritas deben desaparecer, o supongo que la lógica los llevará a eso. El mundo debe desaparecer para quienes no corresponden a la realidad, para quienes no logran entenderla, aquellos quienes son incapaces de someterse a las leyes de la dialéctica.
Ya estoy planeando muchos remezones, pero no será como yo quiera, pues parece que no puedo gobernar fácilmente La Tierra. Pero no se preocupen, el orbe sólo va a titilar un poco antes de que muchos desaparezcan, eso pienso. No tendré muchos pleitos que resolver en el apocalipsis; quizás cada uno los resolverá interiormente y se aceptará tranquilamente la incineración de la mayoría de los cuerpos humanos debido al potencial de la muerte sobre nuestro planeta. Si detestan sentir el calor demasiado en sus cuerpos, qué sentirán si el fuego los reduce a cenizas en unos pocos segundos, imagínenlo un poco, piensen esa posibilidad, todos podemos pensarla. Cada palabra que pronunciamos puede llegar a generar un cambio trascendental en todo el planeta y en todo el universo. |