Cabalgo lentamente por los bosques únicamente acompañado de la soledad. Observo cada vez menos áreas verdes al rededor y, junto a la desaparición de los arboles, mi tranquilidad se desvanece. Escucho cada vez menos pequeños seres voladores cantar la canción que creaba felicidad dentro de mí. Siento menos honestidad y cariño en cada esquina en la que volteo.
La nostalgia y tristeza crece lentamente en mi pecho. Mi corazón trata de sobrevivir a esta cruel realidad, pero cada segundo es más complicado. Ya no puedo encontrar la dulzura dentro de las fantasías creadas en mi cabeza.
La luz que antiguamente iluminaba mi camino comienza a desvanecerse lentamente. No logro ver qué es lo que se oculta tras toda esta traicionera oscuridad.
Es un largo camino el que aún me falta recorrer. Cada pisada en el frío asfalto es una trampa despiadada de quienes ya han cruzado por este horizonte. El sol ya ha huido del gran cielo hacia su descanso; sin embargo, la maravillosa luna no ha de aparecer. Se ha escondido entre las negras nubes por miedo a si quiera dar un vistazo a la tierra, la cual antes cuidaba. He perdido la dirección de mi manada y no logro encontrarlos. La luna no me guía como solía hacerlo en los tiempos de oscuridad.
Seguiré este camino, el cual yo mismo he forjado. Espero no perderme nuevamente dentro de esta jungla asfaltada, pues solo me he quedado e incluso mi adorada luna me ha abandonado.
Espero encontrar el camino lleno de luz de nuevo.
Una extraña criatura se acerca sin previo aviso y, sin mencionar palabra alguna, camina a mi lado. Acompaña mis pisadas sin pensarlo dos veces. Una luz comienza a brillar dentro de su pecho y el camino logra iluminar. Me ha abrazado y el cálido calor proveniente de su cuerpo ha podido crear una llama de alegría en mi interior. La he de besar en la mejilla y sin dudarlo he de continuar este oscuro horizonte sin miedo alguno, pues, mientras ella esté a mi lado, mi única tarea es cuidar aquella luz para que así esta jamás se apague. Me ha dado el valor de dar el primer paso y nunca mirar atrás. Ella me abriga y yo la cuido, dado que esta hermosa musa es la única luz que necesito.
Guíame y te cuidaré con mi vida. Sigue dando luz y te llevare conmigo por los lugares mas hermosos de este mundo. Y si alguna vez sientes frió, yo te abrigare; si alguna vez tienes miedo, yo te protegeré; si alguna vez decides partir en un camino aparte, te seguiré. Eres mi adorada luna mortal, por la cual siempre velaré. Te amo, mi dulce luna mortal.
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