QUÉ LÁSTMA…
( Paraverseando a León Felipe)
Qué lástima que no haya espejo
para mirarse por dentro,
metro, balanza, ni nada,
que mida lo que valemos…
Qué pena que dependamos
de lo que nos dice el ego...
Que no haya una voz confiable,
que exprese objetivamente,
el valor de nuestra obra,
de lo que somos y hacemos…
Cómo saber o creer,
que los aplausos sinceros,
son merecidos o son
como Iriarte fabulaba,
“Si el sabio no aprueba, malo.
si el necio aplaude, peor”.
Qué pena, es el pensar,
que lo que somos y hacemos,
se debe de mensurar,
como si fuera un terreno,
y tenga una tasación,
que valga la pena hacerlo…
Qué lástima haber dejado,
de jugar, y a cambio de eso,
preguntarme cuánto valgo,
cuánto mido y cuánto peso…
|