Las moscas revoloteaban
encima de las rosas marchitas de mi cordura
el sol incendiaba con su ira la hierba
la basura acumulada en la calle moría
ardía todo ardía
y yo, como siempre
tan solo, miraba

Ni enemigo ni amigo de la tristeza
quise esta vez alejarme de ella
pero la sangre esta en uno
y sin sangre no hay vida
y la vida se me aferra
como sanguijuela
sobre los restos
de la mirada oscurecida

El mundo nacía
y la mariposa
quiere ser oruga
ya es tarde
siempre es tarde
la miseria cristalina
me vuelve transparente
y la muerte, en mis labios se retuerce

y todos bailan, todos cantan
con sus malditas y condenadas
sonrisas, otra vez
cada vez que nace el día
ardía, todo ardía
y yo, como siempre
tan solo, Miraba