Él me marea con sus ojos de agua
su mirada penetra el confín de mi alma,
se me nubla la vista de pronto,
al contemplar en su ojos indolentes
mi desnuda figura ante él.
El destino nos trajo de polvo y brizna,
después de vagar entre muchas espinas
se ha perdido la fe, la esperanza,
y me siento distinta bajo su mirada,
que atrevida me ve como una aventura,
como mujer fatal y descarriada,
e ignora que mi corazón audaz y desnudo,
desea ser vista como una flor que aún perfuma.
No se puede soñar cuando hay tanta bruma,
se me escapa el aliento ligero como viento.
Y sus ojos que siguen aturdiendo mi alma
no me dejan mirar la luz del nuevo día.
Corro... ya sin aliento a buscar la realidad.
y no me atrevo a creer, ni a confiar
ya que sin intención el camino erré, y
los colores del arco iris, mi paleta olvidó.

MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI