Todo lo que me rodea me mira con luctuoso silencio, soy la muerte que llora el dolor de todos aquellos a los que ha alejado de la vida, son los huesos que crujen cada segundo.

Es un nudo en la garganta que se va desamarrando con el adiós a mi corazón, que mientras se aleja, me voy quedando ciego a la luz del mundo.

Una diferente tipo de paz, no todos vamos al mismo punto final de las historias, de los momentos.

Mis recuerdos se van desangrando lentamente, el mundo me hace conclusión de una sonrisa, aunque como siempre pasa tras bambalinas , mi dolor me besa como ninguna de ellas lo ha hecho.

Este dolor se lleva de mi todas las fantasías, baja la calle arrastrándolas a la mar, dejandome en esta desesperacion para que aguarde su retorno , su momento de regresarme a las olas.