POR UN NUEVO MODELO ECONÓMICO
Llevo días y días intentando hablar del asunto. Es una cosa delicada, porque cuando uno va y dice: "Muchachos, hay que hacer borrón y cuenta nueva", corre el riesgo de quedarse más solo que la una tras haber recibido unos fulminantes oídos sordos como respuesta. Además, ese hay que hacer borrón y cuenta nueva no hubiera sido la mejor manera de comenzar mi discurso. ¿Dije discurso...? Lo que quiero decir es que muchos hablamos de cierto problema que concierne a todos: El mundo va mal.
Hay quien lo dice con esas mismas palabras y enseguida pone el grito en el cielo; hay quien lo dice de otra manera y parece que le duela el decirlo; y hay quien no lo dice, pero llega a pensarlo. A mí se me ocurre una idea para que el mundo comience a mejorar, aunque reconozco que nadie, digo bien, nadie estará de acuerdo con esta idea.
Porque lo que yo propongo es que se suprima pura y llanamente el factor dinero. Me refiero a que los ciudadanos del mundo deberíamos encontrar otra manera de establecer nuestras relaciones de índole comercial.
Lo que yo propongo, en suma, no es sino un intento de ponerse a la altura de las circunstancias: A grandes males, grandes remedios.
¿Por qué hay pobres que sufren y ricos que también sufren, pero lo disimulan mejor? Porque el dinero existe y no cesa de circular de mano en mano.
¿Por qué unos especuladores arrasan selvas enteras, destruyen el hábitat de los continentes, exterminan ballenas, aniquilan los seres vivos de cualquier rincón del planeta? Porque el dinero existe y no cesa de circular de mano en mano.
¿Por qué se cometen crímenes, se roba, se mata, se incendian casas para obtener un botín? Porque el dinero existe y no cesa de circular de mano en mano.
Suprimamos el dinero y habremos acabado con buena parte del crimen organizado, el vandalismo, la codicia, la avaricia, el egoísmo y el cinismo de los países ricos para con los países pobres.
Metamos para siempre el dinero en el baúl de los recuerdos. Inventemos otro sistema más justo, más eficaz, más equitativo, más responsable con el entorno, menos avasallador con el propio hombre que lo ha creado.
Saquemos el dinero de nuestras economías. Suprimamos la economía misma, que fomenta la ganancia al precio que sea, cuando si seguimos así vamos a terminar perdiéndolo todo, incluso la vida.
¿Acaso no aspiramos a ser libres? Desembaracémonos del peso de la moneda y de su vasalla dependencia, y habremos conquistado la tan anhelada libertad. Por fin. Libres. ¿Mi máxima? El que nunca nada gana, tampoco nada pierde.
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