No destruyas mis días con tu indiferencia
No maltrates mi alma con tus silencios
No apresures la muerte de mi corazón ferviente
Extraño impetuosamente la sonrisa de tus labios
Siento un deseo vehemente por escucharte
Ansío tus susurros, tu tacto, tu cercanía
Ignoro la forma exacta para demostrar que me dueles
Aflicción que provocan tus miradas distantes, tus palabras inaudibles
Conservo por consuelo el dulce sabor del último beso.
Texto agregado el 13-02-2016, y leído por 129
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