AVANTI, SENZA PROBLEMI
De qué me serviría, me pregunto,
en la etapa final de mi existencia,
vivir intensamente cada instante,
robarle horas al sueño,
a los momentos lúdicos,
correr tras de las metas no alcanzadas,
aprovechar el tiempo?...
Es mejor disfrutarlo mansamente,
haciendo y deshaciendo,
distraído,
en el ser y hacer
como siempre lo he sido,
inconstante, inmaduro,
empírico, diletante…
Enfrentando desafíos,
sin ponerme a medir las consecuencias,
sin creer en un dios, ni en el destino,
aceptando del azar impredecible,
lo que hallé en el camino,
mucho más que por mis propios actos…
De lo bueno y lo malo me hago cargo,
pero no son mis hijos.
Seguiré caminando, sin apuro,
hacia el mismo horizonte
de amaneceres rojos
que soñé desde niño,
descansando a la sombra de un árbol,
fumando un cigarrillo,
saboreando sorbo a sorbo, lentamente,
una copa de vino,
brindando por mis hijos,
los afectos, los triunfos, los fracasos,
y los años vividos...
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