Camila nació en Buenos Aires, fue bautizada el 12 de agosto de 1825, en la Igl. Ntra. Sra. de La Merced, como María Camila, era la hija menor de Adolfo O'Gorman (natural de la Isla de Francia) y Joaquina Ximénez Pinto (porteña).1 Camila era la quinta de los seis hijos en una familia de clase alta, de ascendencia mixta irlandesa, francesa y española. Dos de sus hermanos, como era típico de las familias poderosas en la Argentina post-colonial, se embarcaron en respetables carreras en la sociedad argentina. Uno, Eduardo O'Gorman, buscó una posición en la Orden Jesuita, mientras que el otro, Enrique O'Gorman estuvo al frente de la policía y de la penitenciaría, obtuvo general reconocimiento por su papel en la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires y fue eventualmente el fundador de la Academia de Policía de Buenos Aires. Camila era considerada un baluarte de la sociedad educada, y bailaba con frecuencia en fiestas formales en la sede del gobernador. También era amiga íntima y confidente de la hija de Rosas, la muy popular Manuelita.
A los 18 años, Camila conoció al padre Ladislao Gutiérrez, un sacerdote jesuita que había asistido al seminario junto con el hermano de Camila. El padre Gutiérrez provenía de un entorno similar (su tío era el gobernador de la provincia de Tucumán). Había sido nombrado párroco de la familia O'Gorman, y pronto comenzó a ser invitado a la propiedad familiar de éstos. Camila y Gutiérrez comenzaron rápidamente un romance clandestino.
En 1847, Camila y el padre Gutiérrez se fugaron a caballo y se refugiaron en la provincia de Corrientes (entonces bajo el control de opositores al Gobernador Rosas), en la ciudad de Goya. Cuando el escándalo se hizo público, algunos seguidores de Rosas sugirieron que había sido secuestrada. Los oponentes políticos de Rosas exiliados, incluyendo al futuro presidente Domingo Faustino Sarmiento, declararon que la tiranía de Rosas era culpable de corromper la moral de la mujer argentina.
En agosto del año 1848 su paradero fue descubierto, y fueron arrestados por un sacerdote irlandés llamado Michael Gannon. Camila negó haber sido violada y afirmó ser la iniciadora del romance y la ideóloga de la fuga. O'Gorman y Gutiérrez fueron llevados nuevamente a Buenos Aires para ser juzgados. Ante el clamor popular contra la violación de los votos de castidad del sacerdote y la mala reputación que se temía atrajera sobre la comunidad irlandesa, Rosas ordenó que fueran fusilados, lo que se cumplió poco tiempo después, en la mañana del 18 de agosto de 1848 en el Cuartel General de Santos Lugares de Rosas (actualmente localidad de San Andrés, General San Martín).
Algunas versiones posteriores, luego reiteradas en las novelas y películas, pretendieron que O'Gorman estaba embarazada de ocho meses cuando fue fusilada junto a Ladislao, pero no existe registro, relato de testigos presenciales ni fuente histórica alguna que lo fundamente, y mucho menos con un embarazo tan avanzado y evidente que probablemente habría llevado a desistir del cumplimiento de la sentencia. Con todo, debe señalarse que en las memorias del Comandante de Santos Lugares, Antonino Reyes, se dice que Camila había declarado que estaba embarazada (aunque su embarazo no estaría muy avanzado), y que el padre Castellanos antes de su fusilamiento, le dio a beber agua bendita para bautizar la criatura.2
Algunos autores afirman que ninguna ley del derecho argentino o del derecho heredado de España autorizaba la pena de muerte por los actos cometidos, y que Gutiérrez debía ser enregado a la justicia eclesiástica, donde como autor del rapto sin violencia era pasible de la pena de confiscación de bienes conforme al Fuero Juzgo ley 1°, libro 3°, título 3° y por tratarse de un clérigo liviano debía ser castigado con degradación y destierro perpetuo. En cuanto a Camila, debía solamente ser enviada a su propia casa.3 Otros autores, en cambio, afirman que las leyes vigentes sancionaban el sacrilegio del robo y escándalo relacionados con el caso con la pena de muerte, de acuerdo a las Partidas 1 4-71, I 18-6 y VII 2-3, aplicables al caso.4
Sarmiento publicó en La Crónica de Montevideo del 26 de agosto de 1849 la nota titulada Camila O’Gorman, donde criticaba el salvajismo puesto de manifiesto en el fusilamiento de la joven.5
Martín Ruiz Moreno en La Organización Nacional afirmó:
”Fue un asesinato vulgar. Sin proceso, juicio, defensa, ni audiencia”.3
En una carta del 6 de marzo de 1870 dirigida a Federico Terrero, Rosas afirmó:
”Ninguna persona me aconsejó la ejecución del Cura Gutiérrez y Camila O’Gorman, ni persona alguna me habló ni escribió en su favor. Por el contrario todas las personas primeras del clérigo, me hablaron o escribieron sobre ese atrevido crimen, y la urgentenecesidad de un ejemplar castigo para prevenir otros escándalos semejantes o parecidos. Yo cría lo mismo. Y siendo mía la responsabilidad, ordené la ejecución.”3
Los restos de Camila fueron trasladados el 2 de septiembre de 1852 a la bóveda familiar O'Gorman-Isla en el cementerio de la Recoleta. |