Despiertas,
las imágenes se desvanecen lentas,
pesadas,
el sueño persiste… extraño ¿no?
Noche en desarrollo,
una sirena lejana perdida en la urbe,
te incorporas… tu pareja duerme.
Quietud relativa,
caminas estirando el cuello agarrotado,
abres el ventanal,
enciendes un cigarro,
y comienzas a considerar algunas cosas,
cosas emergentes,
cosas viejas que aun no te abandonan.
Piezas de techos elevados,
diálogos inconexos,
fogatas y alcohol,
risas estridentes,
paseos nocturnos,
sentimientos enclaustrados,
bailes confusos…
gusto dulce – amargo.
Te sientas en la terraza,
las olas rompen a unas cuadras,
olor a sal invisible,
y te preguntas…¿Qué fue de todo eso?
¿Cenizas de un tiempo real quizás?
Apagas el cigarro,
la brisa fría cubre los edificios,
el sueño arremolina sus últimas trazas en la insipiente neblina,
es la quimera invernal.
Cierras el ventanal…
“solo un sueño” piensas.
Si… solo un sueño. |