Conjuro a las dualidades a las geminianas,
con sus adornadas y permanentes mutabilidades,
a que, en visitas paralelas colaboren
para que entienda el ariano impulso positivo
que rige, con taurina fuerza, los destinos
del centauro emisor que guía a los sagitarianos.
Mi ignorancia requiere del libriano equilibrio
y de la arrebatada mordacidad capricorniana
antes que de la pasividad acuariana que rige a piscis,
pues me atacan escorpianas vacilaciones
al pretender superar virginianas tosquedades
en esto de desentrañar la leonina incógnita
que encierra el misterio de los lunáticos cancerianos.
Texto agregado el 04-02-2016, y leído por 146
visitantes. (5 votos)
Lectores Opinan
10-02-2016
Jajajajaa...genial!!! Me fascinó por completo. ***** MujerDiosa
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