Ella una vez más sin basilar obtiene lo que desea, en un suspiro que llena su vida, su pasión tan cercana a la muerte, cada vez arrancando más de su existir, enreda su cabello en rastas la vida que ha pasado juntando los pasos que la han llevado a lo que es hoy, como quien ama la locura, como un salto al vacío, como desprenderse de todo lo que una vez le dio sentido a su existir, por un monstruo que la carcome viva, como quien desprecia la carne y es presa adicta de su placer, así es como lo obtiene todo sin cavilar, el divino antídoto de su caminar..